AUTOR



F. Javier Calvo

Como Ilustrador,

Desde que tengo recuerdos he estado siempre con un lápiz o pintura en la mano. Comencé mi etapa creativa dibujando cómic, no profesionalmente, y tengo que decir que me costaba bastante. No era muy bueno pero hacía mis pinos en alguna que otra publicación local tipo Fanzine.

Lo que realmente me llamaba la atención era sobre todo las portadas de los cómics de aquella época, tipo Zona 84, Cimoc, Creepshow, etc. Me gustaba mucho lo que conseguían aquellos autores y enseguida fijé mi mirada en alguno de ellos. Boris Vallejo y Vicente Segrelles fueron mis profesores sin que ellos lo supieran. Prueba de ello son la infinidad de libros sellos que tengo aún, de los cuales los manuales de aprendizaje o de explicación de sus técnicas son con los que comencé a dominar ciertas técnicas.

Al principio intenté emularlos con la técnica del óleo, pero tengo que reconocer que para el dominio de ésta técnica tuve que complementar con clases particulares en una academia de arte. Ahí fue donde llegué a dominar la técnica y pude "copiar" algunas de aquellas dificilísimas portadas al menos de una forma bastante digna. Sin embargo para la creación de material propio terminé metiendo la cabeza en la Aerografía. Con esta técnica empecé a crear ilustraciones una detrás de otra, aunque sinceramente, en los tiempos que nos encontramos, echando la vista atrás...¡qué paciencia y cuánto trabajo! La aerografía es una técnica bastante ardua y precisa. Sería incapaz ahora mismo de volver a ella.

El óleo me sigue gustando muchísimo aunque no siga haciendo nada, es el mejor medio para pintar con toda seguridad y como técnica natural no tiene rival. Ahora bien, las tecnologías llegaron a mí después de unos cuantos años, y después de ver que uno de mis autores favoritos, Vicente Segrelles, comenzó a trabajar con ordenadores, unos años después, la visita a una exposición de una autora vallisoletana hizo que cambiara totalmente el rumbo de mis trabajos. 

La autora era Cris Ortega. La finura y calidad de las ilustraciones me hicieron replantearme absolutamente todo y me metí de lleno en estudiar esta técnica. Tengo que decir que fui también bastante paciente, ya que sin más me volqué en conseguir una versión de Photoshop e instalarlo en un ordenador portátil. La experiencia fue horrible. La sensación de no controlar absolutamente nada era tremendamente frustrante. Pero el secreto está en la paciencia y la perseverancia. Lo primero que se me ocurrió fue usar la misma técnica que utilicé para aprender a dibujar. Copiar. Pero en este caso a mí mismo. Lo que hice fué coger ilustraciones antiguas e intentar copiarlas en el ordenador. Las hice fotos, las cargué en el ordenador y las sobrepintaba. Debido a esto me quité cosas de la cabeza que en aquél momento no eran importantes, como pensar en composiciones colores y la creación en sí. Lo que hice con eso fue preocuparme nada más que en intentar conseguir lo mismo que tenía debajo.

Enseguida quedé enganchado y lo siguiente era obvio. Me apunté a unos cuantos cursos de ilustración digital, donde además conocí a otros ilustradores entre los cuales se encontraba quien después de un tiempo sería mi socio y amigo Antonio José Díaz.

Juntos decidimos crear un estudio, (Lagoon Art Studio) y colaborar mientras acometíamos trabajos en plataformas de contratación como Upwork y después con clientes directos. Han pasado unos años más. Antonio sigue ocupando todo su tiempo en la ilustración donde llegará a conseguir grandes cosas, ya está en ello, y yo por mi parte, dedicándome a otros negocios y a escribir. No puedo dedicar mucho tiempo a la ilustración en este momento, pero la vida son etapas y ahora estoy en otra.



Como Escritor,

Mientras hacía cómic, me veía obligado a crear los guiones, así que desde hace mucho tiempo que de una forma u otra escribía. Con el tiempo pasé a la novela, pero todos aquellos textos quedaron guardados porque nunca me atreví a publicar ninguno y no me veía lo suficientemente bueno como para presentarme a concursos.
La vida a hecho que desde unos años ahora, tenga algo más de tiempo e interés en desarrollar estructuras literarias más complejas y también por casualidad hace algunos años creé una historia que acompañara la publicación de unas cuantas ilustraciones que había hecho los primeros años de mi camino por la ilustración digital. Esa historia fue "Discovery". A partir de ahí todo renació y el interés que había tenido por la escritura se vio multiplicado. ¡Proteus había nacido! 

Entre Discovery y la actualización de aquél primer relato convertido ya en Proteus, nació otro proyecto que me sirvió como ensayo para poder acometer proyectos bastante más grandes y complejos. La novela es La Ira de Prometeo. Este ha sido con diferencia el que más me ha costado, más veces he reescribo y más me está costando hacerle salir a la luz. La Ira de Prometeo está en fase de maquetación y tengo grandes esperanzas para ella, pero ha sido un trabajo de estos que terminan dilatándose de una forma exagerada en el tiempo. Es una novela distinta, de género oscuro, que espero que vea la luz lo antes posible y en el que pondré todo mi esfuerzo para que salga a la luz en papel y en una versión adecuada al texto y a las ilustraciones. 

Por otro lado, Proteus es un proyecto a largo plazo. Una serie de novelas alrededor de un futuro de la humanidad, cuando menos incierto, donde además de contar una historia creo una cronología de acontecimientos partiendo desde el año 2017 hasta el año 2212, explicando poco a poco cómo hemos ido llegando hasta esta situación y qué a ido pasando en la vida de la gente a través de algunos eventos. El transcurso de la vida normal partiendo de el desarrollo de la nueva ingeniería de combustible, creada por un pequeño laboratorio de Valladolid, y el motivo principal por el cual en pocos años después pueden comenzar a ponerse en marcha cosas que hasta ese momento solo eran teorías científicas que no habían salido más allá del papel. 





Antonio José Díaz


Como Ilustrador,

Apasionado lector de todo tipo de literatura, es además ferviente seguidor del mundo del videojuego, literatura fantástica, cómic y coleccionista de los mismos. Gracias a ellos, dibujante y pintor de acuarelas desde siempre, en la actualidad y desde hace varios años se dedica a la ilustración digital.

Anteriormente y por avatares del destino, su formación fue en Ciencias Económicas y Empresariales y trabajó durante muchos años como contable, mientras dedicaba todo su tiempo libre a lo que siempre ha sido su pasión, el dibujo y la pintura. Cuando tuvo oportunidad, cambió los programas de contabilidad por los programas de pintura digital y comenzó a trabajar como ilustrador freelance.

Casi autodidacta en el dibujo tradicional, no así respecto a la pintura, de la cual ha recibido múltiples cursos a lo largo de su vida, sobre todo de acuarela, que sigue siendo su medio favorito y el que peor se le da, según dice... ni el medio digital, en el cual se inició gracias a una tableta digital, con la que empezó a hacer sus primeros dibujos, tratando de emular a los maestros en este medio, autores casi todos pertenecientes al medio del videojuego y del cine. Realizando uno de esos cursos en dibujo digital conoció a su amigo Javier, con quien fundó Lagoon Art Studio, un intento de formar un proyecto para la ilustración digital y que ahora mismo está suspendido temporalmente debido a que Javier anda con otros proyectos. Espera que más pronto que tarde vuelvan a reunirse y seguir con el proyecto común.

Su trabajo ha abarcado desde la ilustración infantil para e-books y libros tradicionales al diseño de personajes, concept art y entornos para juegos de mesa/rol; así como la creación de diseño de recursos visuales y personajes para todo tipo de aplicaciones y videojuegos. Casi siempre en modo freelance ha trabajado con clientes de muchas partes del mundo, pero de un tiempo a esta parte está centrado en la creación de videojuegos, siendo actualmente director artístico de un estudio que desarrolla sus propios títulos.




Javier y Antonio
Como equipo,

El proyecto de novelas Proteus, se gesta desde un primer momento en la concepción literaria siempre de la mano de Javier, pero también apoyado en la creación artística de Antonio. Para el tomo numero 0, Discovery, no ha sido tanto así, debido a que Javier quiso incorporar las ilustraciones que originalmente componían la historia realizada en el año 2012. Muchas de esas ilustraciones vienen de muchos años más atrás incluso. Sin embargo era inevitable incorporar alguna ilustración que reflejara el momento artístico actual de ambos. Por ello se añadió alguna más, incluida la portada.
Antonio solo pudo añadir una ilustración a esta novela debido a la coincidencia de proyectos. Se encuentra trabajando en un proyecto de videojuego que le absorbe todo su tiempo. Sin embargo se prepara algo bastante grande para la siguiente novela.
"El Vuelo del Águila" será sin duda el proyecto que ambos estaban esperando, donde aunarán esfuerzos y compartirán la realización de la parte artística completa, dando así a la obra un valor añadido que creará riqueza visual.





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